Me gustaría compartir el motivo por el cual este proyecto tomó forma. Y es que había un parque donde hubo decenas de flores, entre ellas estas cuatro rosas. Se encontraron y se conocieron. Sin ningún motivo más que el dejarse guiar por el corazón y por la ilusión de que todo iba a ser bonito se fueron a un jardín algo más pequeño, algo más personal. Allí siempre había risas, lágrimas de felicidad y grandes bromas.
Las macetas no guardaban flores, les hacían volar en noches de sábados. Pronto las cuatro rosas, hoy protagonistas de mi historia, se fueron haciendo grandes y fuertes. Aprendían todos los días alguna que otra lección calentando el colacao en el microondas del salón. Eran cómplices, eran amigas, eran almas gemelas, eran una.
El jardín inicial dio muchos problemas, así que buscaron otro lugar dónde seguir jugando a vivir, su juego favorito. Una calle mucho más acorde con ellas, un barrio mucho más vivo, sin prejuicios, ni esnobismos. Allí las peleas de almohadas, los gritos, las cotorras cantarinas, las voces en off, los karaokes y sobretodo las ganas de salvar el mundo, eran el pan de cada día. Las tormentas de arena, los juegos, el bed.basket con sus curiosos recogepelotas, los sanjuanes en un patio desafortunadamente feo, las canciones a capella tumbadas en una cama, mirando en el techo ¡qué pequeño es esto! Las tardes de azotea. Todo eso y más llenaba sus días, por eso decidí que nunca cayera eso en el olvido. Todos los días era un divertido juego que inventar.
Hoy, hace cuatro meses que ese jardín lo ocupan otros, pero las cuatro rosas, desde sitios diferentes se siguen pensando todos los días. Algún día otro Madrid, recogerá sus risas de nuevo unidas, ¿sería bonito verdad?
Hoy suena: Miéntanle - Soñadores Natos ft. Natilla.
cla.