Tras el humo de un cigarro mal apagado, observo tu silueta al entrar. La habitación, ya vacía, sin tus cosas, se va a despedir de los dos. Tras tantos los años y pocos los momentos que nos hemos querido dejar, toca dar marcha atrás y volver al hogar. Contábamos miles de cuentos que siempre acabaron con el loco de atar gritando en silencio que no nos queremos marchar. Y como buen loco, nadie le hace por escuchar.
Por muchos secretos que quiera contarte, sólo somos aire, sólo somos agua. Todo lo demás se olvida, todo lo demás se aprende.
Siempre en el lugar que alberga un millón de historias al día, que no deja una luz sin bombilla, ni deja una estrella en el cielo sin luna. De aquella hierba siempre mojada por sus lágrimas. Y es que nadie le había enseñado a ser feliz. Y sigo queriendo que aprendas lo fácil que es.
Como el que intenta alumbrar su vida con palos de ciego.
Sin ton, ni son, ni canción que te guíe. Sin esa vida en rosa a la que me aferro desesperadamente. Por que ya no hay calles de pensamientos, ni paisajes hambrientos.
Hoy suena: Boa sorte, good luck - Vanesa Da Mata & Ben Harper.
cla.
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