jueves, 14 de enero de 2010

Él

El día transcurría tranquilo, solo él, apoyado en la ventana veía el caer de la lluvia, el pasar de la gente. Él miraba al infinito, se oía llorar por dentro, pero su apariencia dura no dejaba demostrar sus sentimientos al resto del mundo. Nunca dejó de ser un niño, nunca olvidaba sus palabras: Saber quien eres es, realmente, saberlo todo. Ella le veía, estaba preocupada, pero, ¿que podía hacer? Cuando la soledad te llama no aceptas acompañantes, y en su mirar todavía ese brillo, el mismo que tenia cuando su padre le decía que pronto se encontrarían. Desde entonces su vida se había sucedido con él parado, gente a su alrededor picoteando como buitres, aprovechando su tristeza, su pasividad. En cierto modo seguía siendo así, ella le miraba y no le veía, no era capaz de ver su alma, solo su cuerpo permanecía allí.
Sus pensamientos lejos de encontrarse se esparcían aún mas entre el infinito, entre quedarse o marchar. Sus decisiones venían tomadas por impulsos vacíos sin fundamentos. Y por dentro sus lágrimas hacían ríos salados. La gente que él observaba se movía como él quería moverse, la gente soñaba como él quería soñar, él solo pensaba en ser normal.

Hoy suena: Sad eyes - Josh Rouse


cla.

1 comentario:

  1. Me gusta este texto. He podido encontrar, aunque bastante atrapadas, ciertas semejanzas conmigo mismo. Me gusta.

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